UC - Críticas
País: USA. Año: 2013. Duración: 105 min. Género: Drama musical.
Dirección y guion: Ethan Coen y Joel Coen. Producción: Ethan Coen, Joel Coen y Scott Rudin. Fotografía: Bruno Delbonnel. Montaje: Roderick Jaynes. Diseño de producción: Jess Gonchor. Vestuario: Mary Zophres. Distribuidora: Universal Pictures International Spain.
Estreno en España: 1 Enero 2014. |
Interpretación: Oscar Isaac (Llewyn Davis), Carey Mulligan (Jean), Justin Timberlake (Jim), F. Murray Abraham (Bud Grossman), Garrett Hedlund (Johnny Five), John Goodman (Roland Turner), Max Casella (Pappi), Ethan Phillips (Mitch), Jeanine Serralles (Joy). |
MASTER CLASS DE GUIÓN AVANZADO
Tras muchos años sugiriéndonos en sus películas su devoción por la música folk americana, los hermanos Coen se lanzan por fin a hacer un personal homenaje a este estilo ya no tanto musical, si no de vida marginal, bohémica y perdedora por naturaleza. El cariño y cuidado que le han puesto a tal empresa es palpable en la magistral ‘A propósito de Llewyn Davis’, gracias a un guión que roza la perfección estructural y a su fotografía histórico-cultural del Village neoyorquino pre-setentero, al tiempo que adaptan libremente la vida y obra del músico Dave Van Ronk.
SINOPSIS: Llewyn Davis malvive en el Nueva York de los sesenta tocando música folk en pequeños locales y mendigando el sofá de sus amigos para dormir. Malhumorado y taciturno se niega a venderse a grupos de música más melódicos y emprende un viaje a Chicago en un último intento de sacar un disco en solitario.
Hacía tiempo que Joel y Ethan Coen venían experimentando con la narración en sus películas, forzando la máquina y el devenir anquilosado de un guión no necesariamente sustentado en el inicio-nudo-deselance. La ausencia de clímax de ‘No es país para viejos’ (2007) o el falso final de ‘Un tipo serio’ (2009) nos advertían de que algo se estaba cociendo en el laboratorio de los Coen. Si ‘A propósito de Llewyn Davis’ es el resultado, éste dista mucho de toda desestructuración y logra un perfeccionamiento casi matemático gracias a una narrativa circular y a la recuperación de un elemento tan literario como es el “objeto” (en este caso el gato que acompaña al protagonista) como contrafuerte para sustentar la estructura de una historia épica y soberbia que retoma su obsesión por ‘La Odisea’ de Homero que ya se hacía presente en ‘O brother!’ (2000).
Además, ‘A propósito de Llewyn Davis’ prescinde de esos momentos de grandilocuencia surrealista que muchas veces se cuelan en la obra de los Coen para desarrollar el retrato desarrapado del músico perdedor en el Nueva York de los sueños rotos, retratado también de manera sublime con una melancólica fotografía velada que recupera el gélido vaho de otras crónicas urbanitas de la época como ‘Cowboy de Medianoche' (John Schlesinger, 1969). Por otro lado, la implicación actoral para lograr este retablo quevedesco no sólo es fundamental, sino que enmudece, como lo hace un Oscar Isaac capaz de hacer tangible la amargura mirando sólo de reojo o una Carey Mulligan desarmada de toda candidez para convertirse en todo un torbellino de rencores apenas unos minutos después de enamorar al espectador mirando al infinito mientras tararea en el escenario. Y así una y otra vez hasta que termina la película.